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Juagada del Linares en el partido de ayer ante el Cacereño.
Linarejos dictará sentencia
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Linarejos dictará sentencia

Cacereño y Linares empatan a cero en un encuentro con poco fútbol y muchos nervios

OPTA Y JOSÉ A. GUTIÉRREZ

Domingo, 22 de mayo 2016, 22:51

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Noventa minutos por delante para decidir la suerte de una temporada. El Linares se jugará el ser o no ser en Segunda B el próximo domingo frente al Club Polideportivo Cacereño en casa tras dejar la eliminatoria abierta en la mañana de ayer. El equipo de Antonio García Torres empató sin goles en el Príncipe Felipe, en un partido en el que la dominante fue el respeto mutuo.

El Linares saltará este próximo domingo como quien sale a invadir, no como quien sale a jugar. Son muchas las variables que entran en juego en un encuentro de fútbol: técnica, táctica, talento, estado de ánimo, fuerza física, azar y los milagros. Ayer Lopito fue el 'santo' azulillo, con varias intervenciones que sirvieron para llegar con el viento a favor al duelo de vuelta. Pero hay que tener mucho cuidad con fiarse en exceso de los milagros porque son vengativos.

El encuentro arrancó con un Linares más confiado y llevando la iniciativa en mayor medida. En el minuto 10, un derribo de Gonzalo sobre Copras dentro del área fue reclamado por el equipo andaluz sin que el árbitro viera acción punible.

El Cacereño se presentó a escena algo más nervioso y con dudas en la composición del 11. Sin embargo con el paso de los minutos, el equipo de Ángel Marcos fue soltando tensión poco a poco y empezó a tener más protagonismo.

El primer aviso de los verdes llegaría en el 17, cuando Amaro de falta directa a punto estuvo de batir la meta visitante pero la intervención de Lopito, muy activo en la mañana de ayer, envió el balón a córner.

Al filo de la media hora, el pase sobre Corpas en el balcón del área pudo llevar mucho peligro de no ser por la intervención de Gonzalo que arrebató el cuero al siete del Linares, cuando se colocaba en posición de fusilar la meta contraria.

Poco fútbol, muchos nervios, con el Cacereño intentando llevar la iniciativa. Y sólo dos llegadas, una en cada área, en media hora de juego.

El partido fue perdiendo el orden, y no había grandes oportunidades en ninguna de las dos áreas. El Cacereño lo intentó en una acción de Aarón, conquistando línea de fondo y su pase con intención sobre Gallego que no acertó a controlar, marrando una de las pocas oportunidades de su equipo en los primeros 40 minutos.

Tuvo que replantearse el partido el técnico Antonio García Torres tras la lesión de Lara con una lesión de tobillo y le mandó al banco en el minuto 35. En su luchar entró el veterano Chico. Además, Higinio estaba con problemas musculares. Problemas en la zaga para los azulillos.

Antes de que llegara el final de la primera mitad, el cacereño reclamó airadamente un agarrón sobre Mansilla dentro del área que el colegiado no solo no castigó si no que amonestó al central verde.

Segundo round

En el arranque de la segunda, el partido continuó con la misma tónica. El juego no lucía en absoluto y ninguno de los dos asumía riesgos que pudieran complicar la eliminatoria. Dio entrada el Linares a Kike Boula, con el que el equipo ganó mordiente y velocidad.

En el 56, Josete intentó poner a prueba a Lopito con un disparo demasiado lejano que salió desviado.

Cuando habían pasado nada más que 12 minutos de la segunda parte, el Linares ya se había quedado sin cambios y el Cacereño empezaba a estirarse poniendo más corazón. El Linares por su parte intentaba sorprender con alguna salida a la contra pero tenía el condicionante del fuerte viento en contra, lo que limitaba aún más sus salidas al contragolpe.

Boula en el 64 se fue por velocidad de su marca y lo intentó con un disparo demasiado cruzado. Amaro enganchó un buen disparo dentro del área pero Lopito con la rodilla en el césped detuvo por bajo. Las acciones de mayor peligro llegaban a balón parado. En una falta en la que Amaro encontró a Aarón, éste a punto estuvo de batir a Lopito con una vaselina que se estrelló en el larguero. En la acción posterior, Mansilla por poco no adelantó a su equipo tras un cabezazo a la salida de un córner que Lopito despejó espectacularmente a media altura. El Cacereño había dado un paso al frente, decidido a hacer daño a su rival. Tocaba sufrir hasta el pitido final.

Con el miedo en el cuerpo, el Linares empezaba a sufrir y a dar por bueno el empate a cero. Le duraba muy poco le esférico en su poder. A pesar de no ver puerta, uno de sus objetivos en el partido, se conformaba con dejar la eliminatoria pendiente del encuentro de vuelta.

El domingo, a partir de las 19:30 horas en Linarejos es el momento de sacarlo todo. De liberar la ansiedad para que fluya el juego. Porque no habrá otra oportunidad como esta y el fútbol, ese deporte maravilloso, no conoce la piedad y está cargado de paradojas. Linarejos será un fortín , porque sus inquilinos conocen el precio de ascender, escalón a escalón, a Segunda B.

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