Linares Deportivo

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Seis días para el final de un ciclo en Linares, ya sea en 2ª B o en Tercera

Los azulillos no tiraron a puerta con peligro en los 90 minutos de la eliminatoria de ida.
Los azulillos no tiraron a puerta con peligro en los 90 minutos de la eliminatoria de ida. / IDEAL
  • Algunos jugadores colgarán las botas, otros ya se rumorea que tienen nuevo destino, y podría ser el último partido de Rafa Payán como azulillo

Comienza la cuenta atrás. Seis días quedan, después de la resaca del lunes tras el 0-0 en el Príncipe Felipe. Seis días y habrá terminado la temporada de los mineros en el retorno a la Segunda B, sea con la permanencia en la categoría de bronce o con el descenso.

Seis días para que termine un ciclo, eso parece, se respira, porque hay jugadores que no han dudado en decir ya en sus círculos cercanos que se buscarán otro destino la temporada que viene y otros que han dicho de colgar las botas, hay socios que están esperando una asamblea a final de temporada para poner las cartas bocarriba y que algunas cosas cambien, sea en Segunda B o en Tercera, y hay una afición a la que la liga se le está haciendo eterna.

Ganar o volver a Tercera, no le queda otra al Linares. Para ganar hay que marcar goles, y para ello hay que tirar a puerta, aunque sea en la tanda de penaltis si ninguno de los dos equipos acierta con el marco contrario en los 90 minutos que quedan. El Linares no lo hizo en el partido de ida. De hecho, lo más peligroso que hizo fue una jugada de Boula en la segunda parte que tras romper a dos marcadores la mandó junto al banderín de córner. Sí, esa fue la mejor, para los que no estuvieran en Cáceres o no hayan visto el resumen del partido.

Más de cuatrocientos mineros en la grada, los hay que se volvieron con esperanza y otros más críticos «porque he ido a Cáceres, he animado, he visto un partido malísimo y al Linares muy flojo ante un Cacereño que tampoco tiene nada y casi nos hace tres goles. Menos mal que tenemos a Lopito. Si no cambian las cosas en casa, nos vamos a Tercera», explicaba el azulillo José Miguel Martínez a su vuelta con el enfado extensible a, añade, a muchos de sus compañeros de viaje.

Para la vuelta, todos los empates favorecerán al Cacereño, menos el 0-0 que forzará prórroga y, de persistir, los penaltis. «No creo que vayamos a llegar a los penaltis, seguro que en Linarejos se puede jugar algo porque el campo allí estaba fatal. Yo confío en el equipo, el Cacereño tampoco tiene nada del otro mundo, pero es verdad que tenemos que intentar hacer cosas en ataque porque, por ejemplo, su lateral derecho era flojo y sólo se le encaró dos veces cuando salió Kike. Veo a los jugadores otra vez nerviosos y Torres tienen que decirles que sean más atrevidos cuando estén cerca del área. ¿Y Payán por qué no ha jugado? Si no marcamos, adiós», añade Pedro Delgado, que también iba en la expedición.

No, Rafa Payán no jugó en Cáceres. Torres hizo los tres cambios muy pronto y su máximo goleador de la temporada no disputó un solo minuto. Pero es que Rafa Payán tampoco es el mismo de la primera vuelta, cuentan anda anímicamente bajo, el campo no tiene la chispa de antes, lógico por otro lado si no juega con regularidad. Ha estado renqueante de problemas musculares, pero la semana pasada había entrenado bien. Y si el Linares necesita gol, Payán es el hombre de la plantilla que más gol tiene en sus botas.

¿Será el de este domingo su último partido del sultán con la elástica azulilla? Muchos piensan que sí, que Rafa volverá a su Granada natal este verano, y que ese proceso en su mente ya ha empezado. Y como es Payán, discreto, bohemio y solitario, nada amigo de las entrevistas, su marcha será igualmente discreta y silenciosa. Este domingo el campo sabrá devolverle el ánimo y recordarle que la hinchada le necesita, y que nadie olvida lo importante que ha sido para el equipo minero en estas tres temporadas desde que aterrizó por tierras mineras.

Y para este partido de vuelta, a las 19:30 en Linarejos, el Linares se juega la vida, el esfuerzo de las últimas siete temporadas por recuperar la plaza en Segunda B y afianzarla, la mejor generación de jugadores de la casa que ha salido del anexo en las últimas décadas y, lo que es más importante, la ilusión de una hinchada que, una vez más, como siempre, dejarán el campo casi lleno para una ocasión especial y, de paso, salvarán las cuentas del año en el club con una importante taquilla.

Y la estadística dice que será un partido de sufrimiento hasta que los azulillos acierten con la portería extremeña. El Linares ha hecho sólo uno en los últimos 450 minutos, el que le marcó al Real Jaén, ya va tocando ver otro pronto. La gran ventaja es que en Linarejos los verdiblancos tendrán que demostrar otras virtudes, que las tienen.

Lo de la costumbre de jugar la primera parte a verlas venir sin cometer errores y en la segunda se aprieta en ataque, algo que el aficionado lleva viendo en Linarejos muchos partidos, no será suficiente. La grada pide que se juegue con el mismo hambre de triunfo que en el derbi, cuando el Linares salió mordiendo. Sí, hubo riesgos, y Lopito salvó dos al Jaén cruciales, pero sin esas ganas de ganar porque no valía otro resultado para eludir el descenso directo, Corpas tampoco habría marcado jamás el gol del triunfo.

El del domingo es un choque para valientes, un partido que será también de despedida para algunos, una final, el deseo de acabar con lágrimas de felicidad, un punto y aparte para pasar página, pero no cerrar el libro del retorno a Segunda B en la historia del club. Hoy tienen descanso los de Torres, mañana empieza la última semana de la temporada.