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Miguel Rivera en su tercer etapa en el banquillo minero.
Rivera: «En la vida hay que saber no estar, el club y la ciudad son lo prioritario»
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Rivera: «En la vida hay que saber no estar, el club y la ciudad son lo prioritario»

El malagueño analizó en Cope su salida en 2002 del Linares, las críticas recibidas, lo que espera de esta temporada, y lanzó mensajes sin morderse la lengua

ÁNGEL MENDOZA

Martes, 20 de septiembre 2016, 22:50

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Sin pelos en la lengua, como de costumbre, contando su verdad y no dejando ninguna pregunta sin responder. Así se presentó Miguel Rivera al debate periodístico de Cope y dejó un ramillete de titulares acerca de su presente, pasado y futuro en el Linares.

Empezando por el ayer, mucho se ha habló tras su ascenso a Segunda B en Huelva de porqué Rivera no siguió en el banquillo, la división entre el malagueño y el entonces presidente, Antonio Pérez Contreras, con Delfín Cañas como benefactor económico en esos tiempos, era un secreto a voces.

«Tenía un compromiso tras el ascenso, pero de vacaciones con mi señora me llamó el señor Cañas y me dijo que había un problema. Yo no iba a estar donde no me quería. Hice el menor ruido posible, volví dos semanas después a recoger mis cosas, las había dejado en el campo porque pensaba que continuaría. Vine a hacer mi trabajo con mis principios, hubo quien los quiso cambiar, no se lo permití, el Linares ascendió y lo disfrutamos todos los linarenses», recuerda de la temporada 01/02.

¿Se está sacando este año la espina? «No la tenía, de verdad, lo llevo con naturalidad. Ese presidente no había conseguido ascender y tenía una idea, pero yo le dije que no, que había otra forma de llevar un vestuario y de tratar a los compañeros. Me fui con la alegría del ascenso, la celebración del ayuntamiento, no quiero que los malos recuerdos me distorsionen los buenos», añade.

Su tercera etapa de azulillo empezó con verano convulso y críticas por esperar hasta el último día para cerrar la plantilla, pero los planes le salieron bien a Rivera. «Era una cuestión de convencimiento, porque estaba convencido de que debía hacerlo y por la experiencia acumulada de cómo funciona el mercado. El que tiene poder adquisitivo firma lo menor para que no se lo quiten, si no lo tienes, hay que esperar. Podían haber venido otros compañeros y hacerlo mejor o peor, pero sabíamos lo que queríamos sin pasarnos del presupuesto. Había un plan A, B y C, gente que pensábamos que iban a venir y se estropearon».

El cambio de directiva y el fin de ciclo deportivo provocó un cisma entre la propia afición y el ambiente estaba enrarecido en la pretemporada. Ante el Marbella incluso se pidió la desde la grada su destitución, y se pitaba al equipo en la segunda jornada, más de lo que se le había pitado en todo el año pasado.

«No sólo a mí se me criticó al llegar, a todos. Siempre le di la enhorabuena a los que estuvieron antes aquí, por su trabajo extraordinario, a mi amigo Antonio (Torres) también, pero en la vida hay que saber no estar, eso es lo difícil, y lo digo como lo siento, si me equivoco y me lo demuestran yo pido disculpas. Cuando estamos, criticamos a los que no están, y cuando ya no estamos cuesta no estar. Y digo saber no estar en las personas, en los círculos familiares, que el club y la ciudad son lo prioritario, por eso pensé que si llegado un momento la cosa seguía así me marcharía a casa». Es un mensaje dirigido a los que ya no están en el club.

En relación a esa actitud de un sector de la grada, Rivera no apuntó: «En Infierno Azulillo, muchos de los de ahí me han querido cortar la cabeza y echarla a cualquier vertedero y son los mismos que cuando volví con el Cartagena en Segunda B me dieron una placa en reconocimiento a la temporada anterior. Entramos en una contradicción eterna. Me tomo una copa contigo y soy colega tuyo, pero tú no quieres que sea tu colega, tú quieres que yo saque adelante tu proyecto y luego lo disfrutaremos los dos».

Se habló también mucho de las redes sociales. Después de los cuatro triunfos consecutivos, todas esas cuentas que se ocultan bajo seudónimo, muchas recién creadas este verano y que saben, o dicen saber, demasiado de lo que ocurre de puertas para adentro en el Linares y atacan al club que dicen defender, llevan dos semanas sin publicar nada.

«Creo en la tecnología, mis hijos viven en Nueva York y mes permite verlos, pero es una falta de respeto porque se puede criticar u opinar, lo deshonrado es hacerlo en un medio oculto para insultar y descalificar haciendo daño sin justificación. No tengo Twitter, casi no entro en Facebook, soy de los que les gusta el trato personal, cara a cara, mirar a la persona y sacar conclusiones», añade al tema.

La temporada

Volviendo al presente más inmediato y a la temporada en marcha, donde quedó claro que el mejor efecto secundario de los seis 'curtazos' es la pérdida de memoria respecto a todo lo negativo anterior, Rivera considera que su equipo puede pelear por algo bonito este año si sigue en esta línea positiva.

«Tengo los pies en la tierra desde el primer minuto. El Villanovense es sumamente exigente. El otro día ganamos por inteligentes y porque fuimos humildes, trabajadores, solidarios con los compañeros, así se superó al Extremadura y ese es nuestro camino. Sólo quiero lo mejor para este club y esta ciudad, hay que dejarse de tonterías y apoyar a Linares, trabajamos para tener contento a todo el mundo. A nadie se le ocurre correr la Fórmula 1 con su coche Seat, sabes lo que te va a ocurrir. Aquí sabemos cual es nuestro objetivo, pero si lo conseguimos con tiempo podemos disfrutar del trabajo, ver buen fútbol, entre ascender y descender hay muchas cosas, como la Copa del Rey», valora.

Respecto a la competencia que este año hay por la parte de arriba, el malagueño considera: «El año pasado teníamos a Cádiz y UCAM con inversiones terribles, pero al no estar estos, se han disparado las ilusiones de otros equipos con argumentos y poder económico, que se han lanzado descaradamente al mercado. El Mérida, José Manuel Campo tiene que hacer una plantilla nueva y que sea competitiva, los Marbella y Cartagena han hecho un desembolso terrible; el Murcia, La Hoya ya ha destituido al entrenador, y ojo al Recre que ficharon al final a Fran Machado y pueden recuperar algunos futbolistas».

Para Rivera, el éxito de lo que haga este año en Linares depende en buena parte de cosas se controlan y cosas que no. «Como que se lesione Vega. Si no aparecen muchas de esas cosas incontrolables, a ver dónde llegamos. Yo quiero competir y eso es lo que me llena, la autoexigencia para no ser inferior a nadie. Sergi Guilló aún no está a pleno rendimiento, ahora hemos mejorado esa parcela (fisioterapia), pero mientras hay que confiar en la gente joven, tenemos que convertirles en presente. Canillas viene de inactividad tras una lesión y mala recuperación, nos ayudará cuando optimicemos sus posibilidades», explica.

Sobre su futuro en el club no desvela intenciones. «A mí la evolución de Darwin me ha afectado positivamente. Doy propuestas para mejorar, consejos de mi experiencia que ayuda a que el rendimiento sea mejor, hay quien lo acepta mejor y quien no. Vivo el día a día, los entrenadores tenemos maletas con ruedas, lo que quiero es disfrutar y cuando alguien no me comprende, mi carácter aflora, mientras me sienta a gusto en Linares estaré, si no me siento así me iré y volveré a tomar cerveza con los amigos», concluye.

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